La UNED acoge este jueves y viernes las jornadas Mujeres mayores superando el edadismo y el sexismo en los ámbitos de la educación, la salud y la participación social. Esta incitativa forma parte del proyecto EDA-Mujer, que tiene como objetivo el identificar barreras y dificultades que impiden una participación democrática, igualitaria, activa y directa de mujeres mayores en el ámbito de la participación social, la educación formal y no formal, y la salud. Asimismo, busca visibilizar las aportaciones de impacto social que mujeres mayores están realizando y que contribuyen a reducir desigualdades de género y de edadismo en los tres ámbitos estudiados, aspectos que tienen una “mayor incidencia en la vida de las mujeres, y donde el edadismo supone una barrera bastante más fuerte que hay que superar”, según la investigadora principal de EDA-Mujer, la doctora Guiomar Merodio.

En este sentido, el doctor Javier Morentin, también investigador, recordó que el edadismo es la tercera causa de discriminación, por detrás del racismo y el sexismo y, aunque afecta a todas las edades, “es más frecuente en mayores de 65 años”.

Es por eso que este proyecto se ha centrado en un grupo muy específico de la población: mujeres mayores de 65 años que sufren otras discriminaciones además del sexismo y el edadismo, como por pertenecer a minorías étnicas, vivir en zonas rurales carentes de servicios o por tener algún tipo de discapacidad.  

Programa

Merodio y Morentin darán la bienvenida a las jornadas el jueves a las 15.30 horas y, una hora después, comenzará la charla sobre las consecuencias del edadismo y el sexismo en los tres ámbitos desde una perspectiva científica. Desde las 18.30 y hasta las 21.00 horas se compartirá la primera de las tres experiencias transformadoras, todas ellas con sus protagonistas y, en este caso, sobre educación. La segunda se podrá escuchar mañana de 15.30 a 17.30 horas acerca de la salud, soberanía en el envejecimiento y vivienda cooperativa. La última, de 18.00 a 20.00 horas, estará dedicada a la participación social.

“Bulos normalizados hacen que mujeres mayores crean que ya no valen”

En las jornadas el público podrá conocer tres experiencias de transformación narradas por sus protagonistas, tres grupos de mujeres que cada día luchan por combatir el impacto que tiene el edadismo y el sexismo sobre ellas y la sociedad en general.  

En primer lugar, Morentin y Merodio destacaron el proyecto Can 70, una iniciativa barcelonesa en la que se aborda la vinculación que existe entre la vivienda y la soberanía en el envejecimiento de las mujeres y su empoderamiento. La doctora explicó que Can 70 es la primera cooperativa senior, con 25 personas de entre 55 y 69 años y donde la mayoría son mujeres, para crear un proyecto de vivienda basado en el modelo de cesión de uso. El proyecto les permite decidir cómo quieren envejecer, cómo abordar los cuidados o qué decisiones tomar. “Está relacionado con una mayor salud y libertad a la hora de decidir cómo envejecer”. 

En este sentido, Merodio reflexionó sobre las experiencias que algunas de estas mujeres habían tenido sobre los cuidados. “Ellas han vivido en sus propias carnes el tener que cuidar a personas dependientes de su familia, y saben que cuidar tiene unas consecuencias negativas para las personas cuidadoras en la salud, la calidad de vida y la libertad”, remarcó. Es por eso que estas mujeres buscan “un proyecto en el que organizar todas estas cuestiones para que sus familiares no tengan que cuidar o no tengan que depender de otro tipo de instituciones públicas”.

Escuelas para adultos

El segundo de los proyectos también está ubicado en un barrio barcelonés, en este caso la Verneda de Sant Martí, donde cada año su escuela de personas adultas acoge a 2.000 participantes que buscan formación sobre todo tipo de temas. La escuela se fundó en 1978 y acoge a toda persona interesada en aprender, desde los 18 años y sin límite de edad, en la que Merodio destacó la presencia de participantes de hasta 97 años. Además de aprender y alfabetizarse, muchos de los y las participantes también actúan como voluntarias enseñando a otras personas

Uno de los beneficios que los investigadores han encontrado es el empoderamiento que la información y el debate da a estas personas gracias al derribo de bulos sobre la vejez, como que en este periodo comienza un declive del cerebro. “Es mentira pero se ha normalizado en la sociedad y afecta muy negativamente a las mujeres mayores porque piensan que ya no valen o que ya no pueden aprender”, declaró la doctora. 

La escuela, que abre los siete días de la semana de 9.00 a 22.00 horas, cuenta con más de 100 personas voluntarias, desde catedráticos de universidad a personas que se han alfabetizado en la escuela, aprendido el idioma y que participan como voluntarias. De esta forma, otra de sus ventajas es la existencia de tertulias científicas en las que profesores de universidad dialogan en igualdad de condiciones con mujeres que se han alfabetizado en la escuela. “Estar en espacios donde la participación es muy igualitaria, su voz es tenida en cuenta o donde las propuestas parten de sus necesidades favorece que haya una participación mucho más activa”, añadió Merodio.

Con mayor voz

La última iniciativa llega desde el barrio madrileño de Villaverde, una zona que también afronta desigualdades. En 2016 las seis lideresas de Villaverde crearon el programa de radio Con Mayor Voz en OMC Radio. En estos ocho años Fe, Mari Carmen, Carmen, Juli, Julia y Manuela han abordado todo tipo de temas y cuestiones, desde aquellos que son tabú, como la sexualidad en la vejez o la muerte, hasta cuestiones sociales sobre las que hay interés, como la economía. 

Entre los beneficios de este programa radiofónico Merodio reflexionó sobre el hecho de que “sienten que tienen voz, que sus aportaciones son relevantes y que pueden crear contenido aunque no hayan ido a la universidad”. Sin embargo, la falta de estudios superiores no resta valor a su gran “inteligencia cultural, trayectorias de vida y experiencias valiosísimas que pueden compartir con el mundo” para convertirse, además, en “referentes en su comunidad”.

Tres experiencias diferentes pero similares en cuanto al valor de sus aportaciones transformadoras y de impacto social para las mujeres mayores y la sociedad.