La meteorología no acompañó este sábado a la Sakanako Ibilaldia, con una mañana de tormentas con ratos de fuertes lluvias e incluso granizo aunque también se pudo ver el sol, momentos en los que se pudo disfrutar de la belleza del recorrido. Con 1.225 personas inscritas, 1.085 valientes tomaron la salida. Pero una cuarta parte no completó el recorrido, con numerosos abandonos, sobre todo en el largo. Solo en Uharte Arakil fueros unas 60 personas, que les pilló una tormenta en Beriain. Asimismo, algunos mendizales realizaron el regreso a Irurtzun por la vía verde del Plazaola sin subir a Trinidad de Erga.

Una pareja cruza el puente sobre el río Larraun con un fuerte aguacero.

Así, trabajo extra para la organización, Iratxo Taldea, que llevó de regreso desde diferentes puntos de avituallamiento a Irurtzun a unas 250 personas. Pero una vez más, la organización estuvo de 10, según contaban agradecidas Ainara y Igone, dos jóvenes de Pamplona que se dieron la vuelta en Latasa. “Sakanako Ibilaldia es posible gracias a la labor de más de 100 personas voluntarias”, destacó Manolo Moreno Iribas, coordinador de esta prueba no competitiva.

Para recuperar fuerzas hubo avituallamientos en los tres recorridos.

Al igual que en los últimos años, hubo tres recorridos de diferente dificultad. El más exigente, de hecho es el más largo de las marchas que se celebran en Navarra, era de 54 kilómetros y un desnivel de 3.388 metros que unía las ermitas de San Donato, San Miguel y Trinidad. Había 434 inscritos. Este recorrido está incluido en el Circuito de Marchas de Largo Recorrido de Euskal Herria y Navarra.

Otro grupo se dirige a Latasa procedente de Madotz

La marcha corta, de 25,5 km y un desnivel de 1.440 metros, salió dos horas más tarde dirección Itxasperri, para continuar por Madotz y subida a Larrazpil, dónde se unió al trazado de la larga. Era puntuable para el Campeonato Navarro de marchas de montaña de largo recorrido. Había inscritas 624 personas. Asimismo, hubo un recorrido de 14 km y un desnivel de 736 metros en dirección contraria, con salida rumbo a la ermita Trinidad de Erga para bajar después a Latasa y volver a Irurtzun por la senda de los pescadores.

Aunque hubo momentos duros también se pudo disfrutar ayer.

SOLIDARIDAD Y MEDIO AMBIENTE

Esta 33º edición de la Sakanako Ibilaldia era solidaria, senda que comenzaron el año pasado con el Memorial Ochoa de Olza para recaudar fondos para la fundación que lleva su nombre. En esta ocasión se destinaron dos euros de la cuota de inscripción a UNRWA, la agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina. Por primera vez, no se repartieron vasos de plástico, en aras de reducir en lo posible la huella medioambiental que deja esta prueba. “La respuesta ha sido muy buena. Para el caldo hemos utilizado vasos de papel”, apuntó Moreno.