¿Cuáles son las señales de alerta de una conducta suicida?

–La principal es la verbalización de los pensamientos de suicidio. También hay que estar atentos a aspectos de la conducta general del adolescente, en especial, si se ven cambios relacionados con un empeoramiento de su estado de ánimo, como por ejemplo, aislamiento social, pérdida de interés por cosas, abandono escolar, consumo de sustancias, abandono de actividades de ocio, ausencia de planes de futuro... Frente a una verbalización suicida es importante conocer cuánto hace que tiene esos pensamientos, frecuencia, que los motivan y como de elaborada está esa ideación. Si el adolescente explica una planificación suicida inminente, se debe mantener acompañado por un adulto y acudir a urgencias de psiquiatría.

Una vez hay un diagnóstico, ¿cuál es su tratamiento?

–En el caso que la ideación suicida se dé en el contexto de una enfermedad mental, se debe tratar dicha enfermedad. En la medida en que ésta mejore, es de esperar una disminución del riesgo e ideación suicida. Es importante mantener al adolescente en la comunidad y que haya una coordinación entre los servicios educativos y salud mental, para asegurar su progreso educativo. Tener formación en los principales trastornos de salud mental por parte del profesorado es clave para dar la respuesta adecuada a este alumnado frente a las necesidades educativas específicas derivadas de sus problemas de salud.

"La principal es la verbalización de los pensamientos de suicidio. También hay que estar atentos a aspectos de la conducta general del adolescente, si se ven cambios relacionados con un empeoramiento de su estado de ánimo"

¿Cómo prevenir en las escuelas las conductas suicidas? 

–La ideación y la conducta suicida no tiene una única causa, y más allá de la enfermedad mental, muchos adolescentes que expresan o realizan intentos de suicidio no tienen propiamente una enfermedad mental, sino que no saben enfrentar las adversidades o problemas de la vida (conflictos interpersonales con iguales, dificultades académicas). Tampoco saben manejar las emociones normales como la soledad, la decepción o la tristeza ante una ruptura de pareja, por ejemplo. Frente a estas situaciones, los adolescentes actuales han incorporado una estrategia de solución a sus problemas desadaptativa como es la conducta suicida. Existen datos que sugieren que las generaciones actuales son menos resilientes que las pasadas. ¿Qué se puede hacer desde la escuela? Trabajar con los adolescentes el desarrollo de habilidades de tolerancia al malestar, regulación emocional frente a estados negativos, promover habilidades de solución de problemas, favorecer la socialización y la vinculación a entidades para crear un sentido de pertenencia de grupo.

"La pandemia sí supuso un incremento muy significativo del número de casos, especialmente en los intentos de suicidio realizados por chicas"

En ocasiones se achaca el aumento de casos de adolescentes con conducta suicida a la pandemia...

–No todo es culpa de la pandemia. El incremento de casos de adolescentes con conducta suicida ya inició algunos años antes, pero la pandemia sí supuso un incremento muy significativo del número de casos, especialmente en los intentos de suicidio realizados por chicas. La pandemia supuso un estresor añadido. Por otro lado, se ha producido un cambio en la construcción social de lo que significa ser adolescente hoy. En el pasado la adolescencia se relacionaba con la rebeldía, la idea era la de un adolescente enfadado contra el mundo, pero ahora esa visión se ha modificado hacia un adolescente que siente la vida como una angustia a enfrentar, que conecta con el malestar emocional y se plantea la autolesión y el suicidio como escape. Muchas series también incorporan esta visión lánguida de la adolescencia e incluso el suicidio o la autolesión. Hay que empezar a visibilizar desde los medios de comunicación y los productos culturales relatos positivos y alternativos de la adolescencia más allá del malestar emocional, adolescentes corrientes que lidian con sus vidas normales.

“Antes la adolescencia se asociaba a rebeldía; ahora siente la vida como una angustia a enfrentar”

¿Hay más problemas de salud mental o ahora se habla más sobre ello?

–Ambas cosas son ciertas. Desde la pandemia han aumentado algunos trastornos mentales como la depresión, la ansiedad y los trastornos de la conducta alimentaria, pero también se visibiliza mucho más en los medios. Es importante diferenciar el malestar emocional de los trastornos mentales. El malestar emocional no es una enfermedad y forma parte de la vida. El objetivo no es abolirlo sino saber qué hacer cuando aparece y aprender a tolerarlo. Los trastornos mentales requieren de un tratamiento específico, son enfermedades.