Aunque el acoso escolar pueda pasar muchas veces inadvertido o llegue a parecer invisible, es una realidad imposible de omitir. Para combatirlo, el Colegio Luis Amigó aprovechó este jueves la celebración del Día Internacional Contra el Acoso Escolar para organizar con el alumnado de 2º de la ESO sus primeras jornadas de concienciación y sensibilización dirigidas a alumnos y familias acerca de este problema que afecta a la comunidad estudiantil. “El acoso escolar es un tema que está a la orden del día y creemos que es importante que chicos y chicas de estas edades aprendan a saber cómo actuar, concienciarse, observar y, en caso de detectarlo, cómo ayudar”, aseguró Tania Sola, organizadora de la jornada y profesora en Luis Amigó.  

Día Mundial contra el acoso escolar en el Colegio Amigó. Unai Beroiz

De esta manera, bajo el lema Leyendo para el cambio, los 120 alumnos y alumnas de 2º de la ESO prepararon durante el curso una serie de actividades vinculadas a combatir el acoso, que el jueves tuvieron la oportunidad de presentar ante compañeros y compañeras de otros cursos, además de a sus familias. Destacó la representación teatral, basada en la novela de Eloy Moreno, “Invisible”, que aborda el acoso escolar de una manera “dura pero que merece la pena”, como reconoció una de las alumnas. El alumnado protagonizó un teatro de luz negra que consistió en que, con las luces apagadas y con todos ellos vestidos de negro sobre un fondo también negro, las figuras que ellos mismos decoraron brillaron en la oscuridad con neón. Sola destacó su impacto visual “para captar la atención del público” acerca de esta historia de empatía e inclusión en el entorno escolar. 

Día Mundial contra el acoso escolar en el Colegio Amigó. Unai Beroiz

Acoso en internet

A pesar de que el bullying sea una realidad que siempre ha estado presente en los centros escolares, Sola alertó acerca del “problema añadido” que supone Internet, “y más en estas edades en las que prácticamente todos tienen acceso a móvil y redes sociales, pero quizás no tienen la capacidad de saber utilizarlas de una forma correcta siempre”, añadió. En este sentido, reflexionó acerca del peligro que supone el “no ser conscientes de la repercusión o del peligro” que sus acciones pueden tener.  

Y es por eso que jornadas como estas “les abre los ojos a la realidad. Muchas veces actúan sin ser conscientes ni de hasta dónde pueden llegar, así que recapacitar y pensar es muy importante para ellos”, explicó Sola.

Figuras que brillan con luces de neón sobre un fondo negro, uno de los trabajos realizados. Unai Beroiz

Además del teatro, el alumnado exhibió sus trabajos realizados en diferentes asignaturas, como carteles con solapas, centrados en promover la cultura del respeto y la tolerancia en castellano, inglés o francés. “Queríamos concienciar a los padres y que sepan el esfuerzo que le estamos poniendo”, apuntó la alumna Paula Pérez. Junto a ella, su compañera Andrea Montaño destacó la importancia de “ayudar a que se sepa qué es el bullying”.  

Las últimas de las actividades fueron tres talleres que alumnos y alumnas impartieron a sus familias, donde la participación activa de sus padres y madres fue clave a la hora de reflexionar cerca de los distintos ámbitos del acoso escolar, como su origen y consecuencias, o la gestión de las emociones

Día Mundial contra el acoso escolar en el Colegio Amigó. Unai Beroiz

Asimismo, incidieron en el “triángulo del bullying” y sus tres personajes: acosador, víctima y espectador. Es en este último papel en el que Sola recordó que “estamos todos”, motivo por el que remarcó la necesidad de “observar y ayudar a la víctima, porque si no hago nada quizás estoy siendo partícipe de este bullying”.