La llegada de un nuevo miembro a la familia suele ser, pese a los agobios, dudas y nervios propios de la situación, motivo de alegría e ilusión. Sin embargo, no en todos los casos se vive esta alegría e ilusión. Además de los baby blues, una expresión que hace referencia a la tristeza posparto que se presenta durante las dos o tres semanas después de dar a luz y que se caracterizan por experimentar sentimientos de tristeza, ansiedad, irritación o inquietud tras el parto, también está la depresión posparto.

A diferencia de la depresión posparto, los baby blues suelen desaparecer, tal y como así lo indican los profesionales de la OCU, por sí solos, suelen ser de intensidad media-baja y no dificultan o impiden el cuidado al bebé. 

¿Qué es la depresión posparto?

La depresión posparto es, según la definen desde la Organización de Consumidores y Usuarios, un trastorno mental parecido a una depresión que afecta a mujeres tanto durante o después del embarazo, como tras dar a luz, pudiendo llegar a dificultar prestar los cuidados y atención que el bebé necesita.

Tal y como indican desde la OCU, la depresión posparto suele aparecer entre 2 y 12 semanas tras el parto, e incluso hasta un año después del nacimiento del bebé. Se calcula que pueden llegar a desarrollar este trastorno hasta un 15% de las madres. Pero, ¿cuáles son los síntomas de este trastorno mental?

¿Cuáles son los síntomas de la depresión posparto?

Los síntomas de la depresión posparto son, según así lo señala la Organización de Consumidores y Usuarios, muy parecidos a los de un episodio depresivo:

  • Tristeza.
  • Apatía, cansancio o sensación de falta de energía.
  • Miedo.
  • Inquietud, ansiedad o angustia.
  • Culpa.
  • Dificultad para concentrarse o tomar decisiones.
  • Falta de interés o de placer en actividades que antes sí generaban bienestar.
  • Preocupación intensa ante los cuidados que necesita el bebé, la incapacidad para proveerlos correctamente, hacerlo mal o hacerle daño sin querer, etc.
  • Baja autoestima e inseguridad.
  • Ausencia de lazos afectivos con el bebé.
  • Rechazo o incapacidad para hacerse cargo del bebé, cuidarle o quedarse a solas con él.
  • Falta de autocuidado, cambio en el apetito, dificultad para conciliar el sueño.
  • Pensamientos suicidas. 

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En la línea con lo que señalan los especialistas de la OCU, la depresión posparto puede tener importantes consecuencias, ya que impide prestar al bebé el cuidado y atención que requiere. Por ello, desde este organismo recalcan la importancia de reaccionar cuanto antes y solicitar ayudar. Pedir ayuda:

  • Si los síntomas no remiten o se intensifican: tristeza, angustia, preocupación, incapacidad para dormir, etc.
  • Si te siente incapaz de cuidar al recién nacido o siente algún rechazo hacia él.
  • Si no se sienten vínculos afectivos hacia el bebé.
  • Si se han tenido otros problemas de salud mental previos o una depresión posparto en embarazos anteriores.