“Yo, hoy, sé de algunos que tienen ganas de decir ‘os lo dije’, porque Pablo Iglesias se lo dijo a Pedro Sánchez en privado y en público muchas veces. Le dijo: ‘Pedro, cuando acaben con nosotros van a ir a por vosotros’. Ellos –el PSOE– no hicieron nada y cuando Podemos denunció el lawfare dijeron que eso eran ataques contra la justicia y contra la prensa y bueno, pues aquí lo tienen”. Son palabras del periodista Manu Levin la tarde que se conoció el ya por todos conocido anuncio de Pedro Sánchez de tomarse unos días para reflexionar acerca de su continuidad o no como Presidente del Gobierno tras la campaña mediática y ahora judicial contra su esposa, Begoña Gómez. Claro, líbreme nadie de saber ni decir que Begoña Gómez es inocente, pero visto el historial de denuncias de quien denuncia a Gómez –Manos Limpias, una organización ultraderechista– y el pleno de descalabros que han cosechado pero, eso sí, con ya muchas víctimas cobradas antes de tiempo, pues da que pensar. Sánchez sabrá lo que hicieron y sobre todo no hicieron cuando, como ya dije aquí alguna vez, se sometía a un partido –Podemos– y su cabeza –Iglesias– al mayor atropello mediático de la democracia, lo que le llevó a abandonar la primera fila. Ideologías, filias, fobias, errores y todo lo que quieran al margen, el acoso y derribo al que se le sometió fue de primera categoría. Ahora, lo vive el mismísimo presidente y ya se le acusa de victimizarse para luego continuar con apoyos y ánimos renovados. Ni idea. Lo único que queda claro de esto es que la derecha en todas sus estructuras y estamentos no soporta no estar en el poder y como domina mediáticamente el país ha hecho, hace y hará todo lo que esté en su mano para desestabilizar la democracia y al gobierno en el poder. A ver si el PSOE se entera de una vez y arrima el hombro cuando no le dan a él de pleno y sí a otros.