Creo que de alguna manera las personas son como los libros. Hay algunas que te acompañan toda la vida y otras que solo son para momentos o días concretos. Hay gente que siempre sabes dónde está y otra que por más que la buscas nunca la encuentras. Hay libros que te protegen y te acogen y otros que te provocan rechazo nada más verlos, que intuyes que lo que vas a encontrar dentro no te conviene demasiado. Como cuando conoces a alguien a primera vista y ves que no encajas. Hay personas a las que quieres cerca cada día, que con solo verlas ya sientes todo lo bueno que te aportan o que aunque no las tengas delante, sabes que están ahí, en ese lugar donde entran solo unas pocas, como los libros que están en la mesilla de noche, los que vas a leer cada día o los ya leídos pero que volverás a releer en esa página marcada. Como marcas los días buenos con gente que de verdad merece la pena. Hay libros para recomendar y otros que nunca recomendarías. Algunos están en su sitio, otros en cajas que no sabes si volver a abrir y otros directamente ya no los quieres conservar. Los libros son como las personas, te abren mundos y puedes viajar por ellos. Luego ya es decisión de cada una por dónde transitar y con qué te quedas. Elegir es siempre dejar algo de lado, pero es también disfrutar con lo elegido. Y ya hablando sobre todo de libros, en esta semana en la que se ha celebrado su día, creo que personas y libros hemos vuelto a demostrar cuánto nos necesitamos.Miles de lectores y lectoras han salido a la calle, pese al mal tiempo, al encuentro de esas historias escritas que nos acompañarán en los próximos meses como una amiga más.