La Biblioteca General de Navarra acogerá este jueves a las 19.00 horas la presentación del libro: En el camino de las plantas, de Rosa Barasoain, editado por La fertilidad de la tierra, en el que la autora nos cuenta las virtudes y curiosidades de alguna de las plantas del paisaje más cercano. El texto va acompaño de dibujos de cada planta realizados por la ilustradora Leticia Ruifernández. 

Se trata de un “libro literario, poético, botánico” como lo ha descrito la autora navarra, destinado a muchos públicos y sobre todo a todos aquellos amantes de la naturaleza. “Lo escribí a partir de la certeza de que cuidamos mejor aquello que conocemos; para aprender a amar las plantas porque somos más bien los seres humanos quienes las necesitamos”, explica. Un libro para leer pero también para mirar, para disfrutar con las hermosas acuarelas de las plantas. Plantas, que a veces de tan “vistas ni las miramos, las ignoramos y el arte, y los paseos tranquilos, nos confirman que existe esa belleza a la que volver la mirada”, comenta Rosa.

 En el camino de las plantas que ya ha presentado su segunda edición. Hay muchos paseos y tiempo invertido, hay curiosidad, sensibilidad y sobre todo un gran conocimiento de las plantas silvestres, de su particularidades, de sus propiedades. “Fui la primera en asustarme por la inmensidad de mi desconocimiento ante la botánica, la etnobotánica, la mitología, los cuidados de la salud a través de las plantas… Pero empecé poco a poco, y en estos veinte años lo fui compaginando con paseos al lado de la persona que más me ha guiado y ayudado en esta vida, y así ha resultado fácil y placentero y es lo que queremos compartir”, comenta la autora. Así ha recopilado la información relativa a 36 plantas silvestres. Son todas ellas plantas que se pueden ver en los paseos por los montes navarros. Plantas que al mismo tiempo son importantes en el día a día, en la alimentación y en la salud.

“Las plantas son una riqueza que debemos cuidar porque peligra, en muchos aspectos, por la excesiva urbanización, viales, etc. También por una agricultura intensiva. Hay mucho que meditar y cambiar. Porque incluso un sector de la medicina y la farmacopea están volviendo la mirada hacia la Naturaleza, se reconoce que falta investigación y falta retomar algunas vías sencillas, económicas, vitales que se habían dejado de lado”, añade Rosa Barasoain.

Dibujo de la portada del libro.

Respecto a como a realizado la selección de estas 36 plantas lo explica así. “A veces según la estación o mi estado de ánimo, busco y encuentro que algunas son mis favoritas, pero no puedo citar a la verbena sin acompañarla del llantén o ahora mismo, de las prímulas y las chiribitas que son como la sonrisa de un niño.

Flores, plantas, alguna conocidas, otras más desconocidas que se presentan al lector en forma de textos breves, casi poéticos, pero al mismo tiempo útiles, con consejos e información. “Procuré sintetizar al máximo, extraer casi el zumo, la esencia, para no sobrecargar; tenemos poco tiempo y muchas distracciones. Es casi una lectura-infusión de calma. Un antídoto a la prisa y la angustia vital, al alcance de la mano y gratis, pero ojo, a cambio de tomar conciencia de la avaricia de esta época, de la tendencia a esquilmar, del tener en vez de ser”.

Las palabras van acompañas de las acuarelas, auténticas obras de arte en medio de las páginas. Algo que ha sido posible por “contar con un buen editor, que ha sabido aportar la mejor ilustración para unos textos. Un auténtico regalo para una escritora. Leticia es una excelente acuarelista, está ilustrando libros muy bellos”, añade. 

Hace unos meses salió esta segunda edición de En el camino de las plantas, y por ahora están muy satisfechas con la acogida. “Creo que las recomendaciones entre los lectores están funcionando muy bien, que con ayuda del eco conseguido en los medios de comunicación y de los buenos libreros se ha sembrado en buena tierra, y me llegan noticias entrañables, como el mensaje que me escribió una lectora de una gran urbe, me dijo que le había servido para hacer cada día una lectura de un capítulo y una meditación, y así lo recomendaba en su blog”, concluye la autora.