Hace unos días, el Helvetia Anaitasuna comunicaba que no cuenta con Ander Torriko para la próxima temporada. La noticia de su no renovación caía como un jarro de agua fría, teniendo en cuenta el magnífico momento que atraviesa el central de Zumaia tras su regreso a las pistas, una vez superado el duro golpe de las lesiones. A sus 27 años se ha repuesto de tres roturas de cruzado consecutivas en su rodilla derecha, que le han obligado a pasar por el quirófano en cuatro ocasiones y le han alejado del balonmano casi tres años. Durante ese tiempo ha vivido y sufrido los partidos de sus compañeros desde la grada y sólo él –el central de la eterna sonrisa– sabe lo duro que ha sido el proceso de recuperación. A finales de enero volvía a jugar, en un amistoso ante el Bidasoa Irun en su localidad natal. El club le renovó hasta final de temporada y ahora, inmerso en un estado excepcional de juego y de confianza, se conoce la noticia de que no continuará. El anhelo de Torriko era seguir vistiendo la camiseta de Anaitasuna, pero razones “técnicas” se han interpuesto. Ahora sólo queda disfrutar de su magia los tres partidos de Liga que restan.
Tras cuatro años dejará el Helvetia Anaitasuna, ¿cuáles son los motivos de que no renueve?
Yo pensaba que iba a seguir aquí en Pamplona, ese era mi deseo. Me reuní con Carlos (García, director deportivo) y el 26 de marzo se me comunica que no voy a continuar. Que es decisión técnica pura. Consensuada, pero técnica. Lo primero fue tragar la noticia, asimilarla, aceptarla y, como todo en esta vida, seguir adelante. No hay otra.
Un golpe para usted, imagino.
Mi deseo era quedarme en Anaitasuna. Mi objetivo número uno. Seguir disfrutando como lo estoy haciendo ahora mismo. Me estoy encontrando bien y quería darle alegrías al equipo. Devolverle toda la confianza que me ha dado después de esos casi tres años sin jugar. Ahora estoy siendo parte del equipo y vuelvo a sentirme jugador, pero me encuentro con esta noticia que fue un poco difícil de asimilar.
No la entiende...
No, la verdad es que no. Viendo cómo estaban yendo las cosas en el equipo y cómo me había integrado tras incorporarme, tenía el convencimiento de que iba a seguir. Siempre con la buena relación y el aprecio que he tenido con Quique (Domínguez, el entrenador). Pero, como todo en esta vida, hay que respetar las decisiones y ya está. Tirar para adelante.
Una mala noticia, tras unos años duros.
Sí. Han sido años de aprendizaje, pero también duros. Porque te ves fuera de la dinámica del equipo muchos días y también en la grada, sin poder ayudar. Ahora que estoy volviendo a sentirme jugador y a disfrutar sobre la pista, me encuentro con noticias que son difíciles de asimilar. Pero, repito, hay que tirar para adelante. En esta vida hay decisiones que no dependen de ti y ya está.
“Lo primero fue tragar la noticia, asimilarla, aceptarla y, como todo en esta vida, seguir para adelante. No hay otra”
¿Dónde va a estar su futuro?
Lo único que puedo decir es que por lo menos tengo opciones en la mesa y que habrá que valorar. Espero que sea un buen puerto para mí, para seguir creciendo como jugador y como persona, que también es importante. Además, que la rodilla vaya cogiendo más minutos.
Aún le quedan unos partidos con la camiseta de Anaitasuna...
Todo esto de la lesión me ha servido para autosuperarme cada día. Si alguien dudaba si iba a volver o no, para callar un poco las bocas. Ahora tengo mucha más motivación para acabar bien en Pamplona. Que la gente siga disfrutando del equipo. Últimamente las cosas están saliendo y hay que seguir haciendo de La Catedral un fortín. La segunda vuelta, la verdad, está siendo muy positiva en casa.
¿Qué recuerdos se va a llevar de Pamplona?
Las personas son las que importan y yo he tenido la suerte de conocer a personas maravillosas aquí. Empezando por el cuerpo técnico, todos los fisios... Javi Gracia, que en su día confió en mí. Toda la gente que forma parte de este club y que gracias a ellos tiene el nombre que tiene. Anaitasuna es un lugar donde muchos jugadores de esta Liga y muchos que no son de ella les gustaría venir. Estoy agradecido y orgulloso de haber jugado en un club como este, aunque no haya podido hacerlo todos los años como me hubiese gustado. También recordaré a todos los compañeros que han formado parte de estos cuatro años tan bonitos.
